08/05/2024

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¿Qué son los valores mobiliarios?

Los valores mobiliarios: ¿Qué son y cómo funcionan?

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Durante cientos de años, los valores mobiliarios han constituido la base del mercado de inversión y, hoy en día, son la forma más común de invertir. Si estás empezando a invertir en valores, este artículo te ayudará a familiarizarte con ellos.

 

Índice del artículo

¿Qué son los valores?

Si reducimos un valor a su forma más básica, se trata de un contrato legalmente vinculante que implica algún tipo de valor financiero, como un activo. Estos contratos se denominan instrumentos financieros y suelen ser creados por gobiernos o empresas que luego los ofrecen a los inversionistas. Los instrumentos financieros en sí no son activos tangibles que tú puedas poseer, como un coche, una casa o una joya.

Un valor es simplemente un instrumento financiero negociable. En otras palabras, tiene que poder intercambiarse por algo de valor monetario.

 

¿Cómo se crean los valores mobiliarios?

La razón por la que las empresas y los gobiernos crean valores, es para recaudar dinero (capital) para que estas entidades puedan seguir creciendo o hacer frente a sus obligaciones financieras actuales.

La entidad que crea un valor se denomina “emisor”, y cuando tú compras un valor al emisor, se te considera el inversor.

 

 

Los valores mobiliarios

 

 

Los distintos tipos de valores

A grandes rasgos, los valores mobiliarios se dividen en dos tipos principales: acciones y deuda.

Los valores de renta variable otorgan derechos de propiedad al inversor. Los valores de renta variable más conocidos son las acciones (o participaciones). Cuando un inversionista compra una acción, recibe a cambio una parte de la propiedad (capital) de esa empresa. Muchos las compran con la esperanza de que su valor aumente con el tiempo.

Por otro lado, los títulos de deuda son aquellos en los que los inversionistas prestan dinero a una entidad y reciben a cambio reembolsos fijos más intereses periódicos. Los títulos de deuda más populares son los bonos del Estado, en los que los gobiernos piden dinero prestado a los inversores y les pagan intereses durante el periodo de vigencia del bono. En este caso, básicamente se prestan fondos a alguien para que plante su huerto, pero se le recompensa por el camino.

Además de estos tipos, existen valores híbridos que se componen tanto de deuda como de capital. Los valores híbridos típicos que vemos en el mercado de inversión son los bonos convertibles, que son bonos que pueden convertirse en acciones (de la empresa que emitió el bono).

 

Cómo se negocian los valores

La emisión de valores se remonta a la época medieval, cuando los gobiernos y las empresas necesitaban apoyo financiero en tiempos de guerra e inestabilidad. Por aquel entonces, la gente negociaba los valores en privado. Pero a medida que crecía la demanda de negociación de valores, también lo hacía la necesidad de mercados organizados. Así que los intermediarios empezaron a actuar como “intermediarios” en la compra y venta de valores, lo que dio lugar a la creación de las bolsas de valores.

En la actualidad, el mercado bursátil es una de las mayores fuentes de actividad comercial del mundo, con múltiples bolsas valoradas en billones de euros. La mayoría de los grandes “emisores” de valores cotizan públicamente en estas bolsas. Además, al margen de las bolsas, hay empresas de inversión que emiten valores “en ventanilla” para los inversores.

 

 

El mercado bursátil

 

 

También existe el mercado secundario, donde los inversionistas pueden comprar y vender valores entre sí. Estos mercados permiten a los inversionistas vender sus inversiones para obtener beneficios, como cuando se produce un aumento del valor de una acción. Existen miles de plataformas y aplicaciones que facilitan y agilizan las operaciones en el mercado secundario. Sin embargo, éstas sólo se dirigen a valores cotizados en bolsa, como materias primas, acciones, bonos y criptomonedas.

 

Ventajas de invertir en valores

Estructura

Los valores permiten que el dinero circule entre inversores y empresas (o gobiernos) de forma estructurada. También eliminan la necesidad de que un inversor posea o gestione físicamente un activo.

 

Regulación y protección

Cuando se trata de cómo se emiten los valores, un emisor está sujeto a estrictos controles establecidos por organizaciones reguladoras, que ayudan a salvaguardar a los inversores. Y cuando se trata de vender valores, las autoridades nacionales garantizan que los inversionistas estén adecuadamente protegidos si una empresa de inversión incumple sus obligaciones.

 

Transparencia

Durante y después de la oferta de inversión de un valor, se proporciona a los inversores información clara y transparente para ayudarles a tomar decisiones con conocimiento de causa. Esto se hace a través de documentos de fácil comprensión para el inversor, como folletos y documentos de datos fundamentales.

 

Negociabilidad

Los inversores pueden negociar fácilmente valores a través de las bolsas de valores y otros mercados secundarios mediante aplicaciones de inversión, lo que les permite comprar los valores o convertir sus inversiones en efectivo.

 

 

 

En pocas palabras, invertir en los valores mobiliarios es una forma estupenda de tener una protección adicional como inversionista y una transparencia total en un proceso de inversión estrictamente regulado.

 


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